10 may 2010

Nunca máis

Tinta de chopo con tinta china sobre papel


Son impresionantes las imágenes de los cientos de kilómetros de mar y petróleo mezclados y empujados por el viento hacia las costas de los estados costeros. Aquí en Galicia hace algunos años vivieron un derrame similar pero era un barco, el Prestige, y sabían que de un momento a otro se agotaría el combustible que contenía, y por lo tanto “sólo bastaría” con limpiar los cientos de kilómetros de mar y playa que afectó. Pero en el caso del golfo de México es una situación inédita, y posiblemente la más trágica de todos los derrames en la historia de la explotación de los hidrocarburos.

Según dice la compañía BP era imposible que perforando un pozo a 1500 metros hubiera un derrame de esta naturaleza, pero que a pesar de las pocas probabilidades de ello, tenían tres sistemas de seguridad para cerrar cualquier fuga a esas profundidades. Sólo que había un inconveniente, habían probado estos sistemas de seguridad a 150 metros de profundidad, así que sospechan que puede ser uno de los motivos para que fallaran todos sus dispositivos de seguridad.

En mi opinión, la compañía está intentando todo lo posible para reparar las tres fugas que derraman petróleo al golfo de México. El gobierno norteamericano aunque tarde, también está usando todos sus recursos para solucionar esta tragedia ecológica cuanto antes.

Aún así creo que la gran lección que aprenderán de esta tragedia es que ningún sistema tecnológico, y en este caso de explotación, es infalible, ni teniendo un plan a, b, c y d para las eventualidades. Mientras transcurre el tiempo nuestra dependencia hacia los combustibles fósiles, como es el caso del petróleo, se duplicará. Y por consecuencia los sistemas de extracción y las adversidades geográficas serán mucho mayores, más complejas, más peligrosas, como en los yacimientos de Venezuela, Brasil o en el Golfo de México. Drenar hasta dejar sin una gota de petróleo el subsuelo, no sé si será más complejo que revolucionar nuestra forma de vida y nuestra dependencia hacia los combustibles fósiles.

La tecnología desarrollada con energías sostenibles y renovables, son ya una realidad y futuro, eran ya una realidad hace años pero siempre en suspenso, a expensas y al margen de los intereses de la compañías petroleras, o de los gobiernos dueños o con derecho a explotar esos yacimientos.

Hay estudios muy serios que demuestran que cambiar el rumbo de nuestro consumo energético es más económico que continuar así, y reparar año tras año las terribles consecuencias del cambio climático que hemos acelerado.

Las lecciones que aprendieron los gallegos con el Presitge fueron unas costas y rías cuidadas e impecables, desarrolladas con responsabilidad y de manera sostenible, y también una frase que pudiera ser universal: “Nunca máis”.




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